jueves, 23 de abril de 2015

La novela

Era una calurosa noche de verano, una maravillosa noche del 16 de agosto que aparentemente estaba siendo la mejor de todo el verano. Mis amigas y yo estábamos disfrutando de una maravillosa cena cuando de repente apareció ese sonido, ese sonido tan raro y espeluznante. Nos asomamos de inmediato a el patio de atrás para saber qué estaba pasando, pero no vimos nada, terminada la cena y puesta la película que habíamos elegido, el terrible sonido se repitió. Asustadas, volvimos a mirar en el patio y por toda la casa para averiguar de que se trataba, pero nada, la 2º vez que pasaba aquella cosa tan extraña y nosotras sin darnos cuenta de lo que era.

Un rato después, se repitió otra vez aquel horrible ruidito, pero esta vez era diferente, esta vez se notaba más suave, más tranquilo. Al rato de estar pensando lo que estaba ocurriendo en la casa, llegué a la conclusión de que los vecinos estaban de vacaciones, ¡y habían dejado al pobre perro sin nada de comida! Cuando bajamos a ayudar al pobre perro, nos le encontramos agonizando en el suelo, ya que llevaba 4 días sin probar bocado.

Llamé por teléfono a mis vecinos para explicarles lo sucedido, y les pedí permiso para subir al pobre animal a casa para tenerle atendido, y no dudaron en decir que sí. El perro se puso súper contento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario